domingo, 23 de mayo de 2010

Yo fuí uno de ellos.

Los niños ríen, lloran, aman y sufren, al igual que la gente grande, y lo que a veces puede ser mucho más simple, se vuelve muy complejo. No todo a aquella edad es color de rosa.

Muchos niños con problemas, solitarios o que sienten la falta de cariño de sus progenitores se hunden en el llanto, otros se hacen fuertes, otros se parapetan tras el enorme don de la imaginación.


Ahora que pienso los problemas que tuve en mi infancia, fueron pequeños almenos para mi mentalidad de ahora, pero, aún así...Ya me marcaron.

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