
Una débil nube de luz se alejaba del océano sin fin, desde lejos mirábamos como se difuminaba en el horizonte la soledad se adueñaba de mi debilidad porque desde el atardecer nada podrá cambiar en mí ser. Un ave que por los cielos no puede emprender el vuelo, algún día será capaz del viento abrazar aquel lugar sin igual que muy lejos de mi se encuentra, espera por mi llegada mi sueño ideal. Los niños caminan en el verano soleado pisan sin parar las arenas de un claro mar, dejemos ir nuestras memorias al viento, protegeré con mis manos la esperanza. Una débil nube de luz mi vida cambió en el atardecer nuestro camino se cruzó para no poder nunca separar nuestro destino la eternidad nuestras alas podrán pronto al cansar la fuerza del océano azul usaremos para ahora soñar, por siempre.
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